miércoles, 9 de enero de 2013
miércoles, 2 de enero de 2013
OBRA DE TEATRO
OBRA
DE TEATRO
Primera
Escena
Narrador:
Dos vecinas una se llama Nancy y la otra se llama Marta, esta ultima es
cristiana; Marta visita a su vecina y ella le comienza a contar sus problemas;
mientras Joel su hijo juega atentamente escuchando la conversación. Marta llega a la casa de
Nancy y toca…
Marta:
Buenas tardes, Señora Nancy; Dios le bendiga!; ¿cómo estás?
Nancy:
Bueno ahí…, pero siga.
Marta:
Y qué le pasa? porque tiene ese semblante?
Nancy:
Usted sabe la situación, mi esposo no trae lo suficiente y no hay mucho que
comer.
Marta:
Este mercadito me lo dieron en la iglesia, pero sentí que debía traérselo a
Usted.
Nancy:
Gracias (casi llorando)
Marta:
Gracias a Dios! Nancy porque El es Grande y Poderoso; crea en Él y pida en
oración en el nombre de Jesús que Dios le dará conforme a su voluntad.
Narrador:
Joel escucho la conversación de su madre con la Sra Marta, inquietado con las
palabras que ella le dijo a su madre “Dios le dará”.
Y horas más tarde al acostarse…
Joel:
(Arrodillado en su cama oraba), Papito Dios ¿me escuchas?, si me escuchas;
bueno, creo que me debes escuchar; según lo que dice la señora Marta tu nos
escuchas y lo que la Maestra de la iglesia
donde me lleva la señora Marta los domingos, dice que orar es hablar
contigo y que tú me escuchas; por eso hoy vengo a pedirte que le des dinero a
mi papi, para que halla que comer; porque sabes nosotros no tenemos plata;
bueno Papito Dios!, porque será que nosotros somos pobres? Y sabes quisiera no
sentirme hablando solo, quisiera que me respondieras…
Narrador:
En ese momento se durmió Joel… En sueños un Ángel lo despertó y le dijo:
El Ángel:
Despierta Joel, no temas, el Señor ha
escuchado tu oración y ha estado atento a tu obediencia. Te mostraré la
provisión más grande de Dios a nuestra vida.
Dios envió al ángel
Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, que hoy es el país de Israel a visitar a
una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José,
descendiente de David, Rey de Israel. La virgen se llamaba María.
El
Ángel Gabriel: ¡Te
saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.
Narrador: Ante
estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba
¿qué podría
significar este saludo?
El
Ángel Gabriel: No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor,
Concebirás y
darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo
del Altísimo. Dios el Señor le dará
el trono de su padre David, y reinará sobre el pueblo de
Jacob para siempre. Su reinado no tendrá
fin.
María: ¿Cómo
podrá suceder esto, puesto que soy virgen?
El
Ángel Gabriel: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del
Altísimo te cubrirá con su
sombra.
Así que al Santo niño
que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. También tu parienta Elizabeth
va a tener un hijo en su vejez;
de hecho, la que decía que era estéril ya está en el sexto mes de
embarazo. Porque para Dios no
hay nada imposible.
María: Aquí
tienes a la sierva del Señor. Que él
haga conmigo como me has dicho.
Narrador: Después
de esto, el ángel la dejó.
A los pocos días
María emprendió el viaje y se fue de prisa a un pueblo en la región
montañosa
de Judea. Al llegar, entró en casa de Zacarías sacerdote
de Dios y saludó a su
prima Elizabeth, la cual Estaba embarazada desde
hacía seis meses, de quien seria Juan el
Bautista. Tan pronto como Elizabeth
oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre.
Entonces Elizabeth,
llena del Espíritu Santo, Dijo:
Elizabeth:¡Bendita
tú entre las mujeres, y bendito el hijo que darás a luz! Pero, ¿cómo es
esto,
que la madre de mi Señor
venga a verme?
Te digo que tan
pronto como llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de alegría
La criatura que llevo
en el vientre.
¡Dichosa tú que has
creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá!
María: Mi alma
glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,
Porque se ha dignado
fijarse en su humilde sierva.
Desde ahora me
llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho
grandes
cosas por mí. ¡Santo es su
nombre!
El
ángel: María
se quedó con Elizabeth unos tres meses y luego regresó a su casa.
María, estaba comprometida para
casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que
estaba embarazada por Obra del Espíritu
Santo.
Narrador: En el
tiempo en que María estuvo donde Elizabeth, José que era un hombre justo
y no quería exponerla a
vergüenza pública, resolvió separarse de ella en secreto.
Pero cuando él estaba
considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y
le dijo:
Ángel
1:
José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha
concebido
por obra del Espíritu
Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él
salvará
a su pueblo de sus
pecados.
Narrador: Todo esto
sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio
del
profeta.
Concebirá y dará a
luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con
nosotros»).
Cuando José se
despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y
Recibió a María por
esposa. Y cuido de ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por
nombre Jesús.
El Ángel: Joel, Así como José y María fueron obedientes y
confiaron en Dios, así deben ser todas las personas; tu Joel siempre se
obediente a tus padres y tus mayores
porque Dios se agrada de esto; y
confía en Dios que lo que le pidas con tu corazón en el nombre de Jesús El te
lo dará. Porque para Dios no
hay nada imposible.
Segunda
Escena
Narrador:
Por
aquellos días Augusto César era el Emperador de Roma, decretó que se
levantara
un Censo en todo el Imperio.
Así que iban todos a inscribirse, cada cual a su propio
pueblo. También José, se fue
de Nazaret y descendió a Belén de Judea, la Ciudad de Rey
David, para inscribirse junto con
María su esposa. Ya que él era de ahí.
Centurión
en la plaza: Por decreto del Emperador Augusto Cesar, se ordena un
empadronamiento de cada habitante del
reino, cada uno diríjase a su ciudad de nacimiento
y esperen a ser censados
ahí.
José:
María,
tenemos que salir hacia Belén que es mi lugar de origen.
María:
Pero
en mi estado?
José: Si hay
que cumplir el decreto, arreglare el transporte para salir mañana temprano,
porque tenemos que ir
despacio.
María: Esta
bien, arreglare mis cosas
El
Ángel: María
y José iban hacia Belén muy despacio por el estado de ella.
Al llegar a Belén, comenzaron a buscar posada,
pero ya la ciudad estaba llena de habitante
y no había alojamiento para
ellos.
En estos momentos le
llego el tiempo del parto a María.
José:
que
pasa María, que tienes
María:
Parece
que llego la hora José
El
Ángel: de
pronto alguien le sugirió a José que a la salida del pueblo había una pesebrera
en donde se podían quedar.
José:
María,
vamos a esa pesebrera, haya podrás dar a luz
María:
Vamos
José, Ayúdame
El
Angel: Ellos
llegaron a la pesebrera y José ayuda a María en la labores del parto.
Ahí dio a luz a su
hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en el pesebre, porque no
había lugar para ellos en
la posada la ciudad.
El Ángel: Joel
aunque sientas que haya problemas y no sepas para donde ir, recuerda que Dios está
contigo y que si le hablas, El te escuchará y te dará la victoria.
Tercera
Escena
Narrador:
En
esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo,
turnándose Para cuidar sus
rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció.
La gloria del Señor
los Envolvió en su luz, y
se llenaron de temor.
Angel
2: No
tengáis miedo. Mirad que os traigo buenas noticias que serán motivo de mucha
alegría para todo el pueblo.
Hoy os ha nacido en
la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os
servirá de
señal: Encontraréis a un
niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
El
Angel: De
repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y
decían:
Coro
de ángeles: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que
gozan de su
buena voluntad.
El
Angel: Cuando
los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
Los
Pastores:
Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a
conocer.
El
Angel:
Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba
acostado en el pesebre. Cuando
vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de él,
y cuantos lo
oyeron se asombraron de lo que
los pastores decían. María, por su parte,
guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba
acerca de ellas.
Narrador: Los
pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y
oído, pues todo sucedió tal como
se les había dicho.
Cuando se cumplieron
los ocho días y fueron a circuncidar al niño, lo llamaron Jesús, nombre
que el ángel le había puesto
antes de que fuera concebido.
Así mismo, cuando se
cumplió el tiempo en que según la ley de Moisés, ellos debían
purificarse, José y María llevaron
al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor.
Así cumplieron con lo
que en la ley del Señor está escrito:
“Todo varón primogénito
será consagrado al Señor”.
También ofreciendo un
sacrificio conforme a lo que la ley del Señor dice:
“Un par de tórtolas o
dos pichones de paloma”.
Ahora bien, en
Jerusalén había un hombre llamado Simeón, que era justo y devoto, y
aguardaba
con esperanza la salvación de
Israel. El Espíritu Santo estaba con él y le había
revelado que no moriría sin antes ver al Cristo el
Señor.
Movido por el
Espíritu, fue al templo. Cuando al niño Jesús lo llevaron sus padres para
cumplir
con la costumbre establecida
por la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios.
Después de nacer
Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, he aquí llegaron a
Jerusalén unos
sabios procedentes del Oriente.
Sabios: ¿Dónde
está el que ha nacido rey de los judíos? Vimos salir su estrella y hemos
venido a adorarlo.
El
Ángel:
¡Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.
Así que convocó de
entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley,
y les preguntó dónde había
de nacer el Cristo.
Sacerdotes
:
En Belén de Judea, porque esto es lo que ha escrito el profeta:
Maestro
de la Ley
“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor
entre
los principales de Judá; porque
de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo
Israel.”
El
Ángel:
Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo
exacto en que Había aparecido la estrella. Les envió a
Belén.
Herodes: Id e
informaros bien acerca de ese niño y, tan pronto como le encontréis, informadme
a mí
para que también vaya
yo y le adore.
Narrador: Después
de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían
visto
salir Iba delante de ellos
hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
Al ver la estrella,
se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María,
su
madre y postrándose le
adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro,
incienso y
mirra.
Entonces, advertidos
en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro
camino.
Cuando ya se habían
ido, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José
Ángel
3:
Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que
yo te
avise, porque Herodes va a
buscar al niño para matarlo.
El
Ángel:
Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y
partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes.
Narrador: De este
modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: “De Egipto
llamé a mi hijo” Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían
burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años
en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de
los sabios.
Entonces se cumplió
lo dicho por el profeta Jeremías:
“Se oye un grito en
Ramá, llanto y gran lamentación; es Raquel, que llora por sus hijos y no
quiere ser consolada; ¡sus
hijos ya no existen!”
Después de la muerte
de Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a
José en Egipto.
Angel
4:
Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque ya
murieron los que amenazaban con quitarle la vida al niño.”
Narrador: Así que
se levantó José, tomó al niño y a su madre, y regresó a la tierra de Israel.
Pero al oír que
Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir
allá.
Advertido por Dios en
sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en un pueblo llamado
Nazaret. Con esto se cumplió lo dicho por los profetas: «Será llamado
nazareno.»
El niño crecía y se
fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba.
Los padres de Jesús
subían todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.
El Ángel: Recuerda
Joel a Dios le gusta que le adoren
Joel: y que es
que le adoren?
El Ángel: Adorar es
decirle desde tu corazón lo hermoso que es El y lo agradecido que tu estas con
lo que Él ha hecho.
Joel: Y como lo
hago?
El Ángel: Puedes
cantarle alabanzas como los ángeles lo hicieron cuando se le presentaron a los
pastores, o puedes hablarle y decirle cosas hermosas como cuando Simeón que dio
bendiciones cuando vio a Jesús, tu puedes decirle cosas bellas que salgan de tu
corazón hacia Dios.
Dios te ama Joel, el tiene cuidado de tu vida y
suple todas tus necesidades, el proveerá para tu hogar
Y
su madre lo despierta…
Joel:
Mamá, Dios está con nosotros, y el nos dará todo lo que nos haga falta, ten
confianza en El.
FIn
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