jueves, 29 de marzo de 2012

GUIA PARA EL MAESTRO DE NIÑOS: LOS PENSAMIENTOS DEL MAESTRO

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Proverbios 23:7

INTRODUCCIÓN
El hombre tiene pensamientos de acuerdo a su edad (1 Co. 13:11) y condición delante de Dios (1 Co. 2:16; Ro. 1:28). Cada pensamiento humano nace del corazón (Mr. 7:21), y así como es su pensamiento, así actúa. El maestro entonces actuará conforme a sus pensamientos, influyendo de esa manera en la vida del niño.
Es necesario, entonces, tener una mente renovada, ser un ministro del Espíritu para pensar en las cosas del Espíritu (Ro. 8:15), y así cosechar vida.
Los alumnos tienen una mente heterogénea, unos son mansos, humildes, débiles, otros fuertes y arrogantes, pero tienen su confianza puesta en el maestro, que al final llegarán a pensar como El. Aquí es entonces en donde cabe la expresión, es necesario que yo mengüe y que Cristo crezca; mas ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí, para que en todo Cristo tenga la preeminencia (Co. 1:17).
En el desarrollo del tema analizaremos aspectos que nos ayudarán a tener una mente renovada, dispuesta al servicio de Dios y a recibir los pensamientos de Dios.

I. RENOVÁNDOSE EN EL ESPÍRITU
La mente renovada es esencial; si nuestra mente se parece tanto a la de Cristo, caminaremos en un plano diferente de aquel en el que operan las mentes de los que nos rodean (Sal. 7:1-6). La orden es conviértanse ellos a ti y no tu a ellos (Jr. 15:19).
La traducción de la Biblia Phillips dice en Romanos 12:2: «y no permitáis que el mundo que os rodea os meta por la fuerza en su propio molde, sino permitid que Dios re modele vuestras mentes desde adentro, a fin de que podáis probar, en la práctica, que el plan de Dios para vosotros es bueno, satisface todas las demandas de él y se mueve hacia la meta de la verdadera madurez».
La transformación que rompe todo el molde de la mente comienza desde lo más profundo. Se es diferente cuando se piensa diferente. El sentir de Cristo debe existir en nosotros (Fil. 2:5). Su mente permanecía renovada, por eso Pablo enseña cómo renovar la mente diciendo: «en esto pensad», en ocho cosas, ocho es número de reinicio, de vida nueva; estos aspectos son:


1. todo lo verdadero,
2. todo lo honesto,
3. todo lo justo,
4. todo lo puro,
5. todo lo amable,
6. todo lo que es de buen nombre,
7. si hay virtud alguna,
8. si hay algo digno de alabanza (Fil. 4:8).

La vida de enseñanza continua de Jesús, fue la manifestación externa de su mente, sus pensamientos que venían de su corazón, pensamientos que El mismo Padre puso en El.
Dejemos que el Espíritu Santo ponga esos pensamientos en nuestro corazón.


II. ¿QUÉ IMPIDE LA RENOVACIÓN DE LA MENTE? (2 Co. 10:4,5)
El Señor envía constantemente su mensaje a la mente humana, pero es apagada su voz.
Cuando nuestra carnalidad está en actividad, juzgamos por encima, pensamos superficialmente, no tenemos profundidad, carecemos de fe, nos cerramos, manifestamos independencia, nos impresiona exageradamente la humanidad y estamos fuera de enfoque espiritual.

A. Fortalezas mentales.
Cuando El Espíritu Santo intenta comunicarnos su verdad, tropieza con fortalezas que afectan nuestra mente y que no permiten la entrada de la verdad divina; esta fortaleza es carnal y está formada por:
Argumentos, altivez y pensamientos.

¿Qué es una fortaleza? Es la parte más fortificada de una ciudad que no permite la entrada a extraños. Una parte de nosotros está fortificada, esta es la mente, la cual debe ser derribada para que permanezca lo de Dios. Todos tenemos fortalezas y cuando se opera bajo el control de ellas se cae en la necedad (Pr. 16:22). Veamos cómo activan los componentes de las fortalezas:

1. Los argumentos
Son razonamientos que se emplean para demostrar una proposición, o bien, para convencer a otro de aquello que se afirma o se niega. El argumento es un mecanismo de defensa que no permite que la verdad de Dios penetre en la mente. Pablo habló de destruirlos.


Esto explica por qué se da una lucha fuerte cuando se expone la revelación a aquellos que han permanecido en una tradición religiosa. Se defiende lo antiguo, en vez de considerar lo nuevo y aceptarlo.
Cuando se lee en la Biblia lo que debemos practicar, muchas veces se resiste y se defiende. Otras veces parece mejor culpar a otra persona que aceptar la responsabilidad.
Con los argumentos se dan excusas, explicaciones, se justifican acciones y al final se opone al cambio, porque los pensamientos de Dios son plantados arrancando lo que Dios no sembró.

2. El orgullo
Es conocido como altivez o soberbia, siendo un estado de la mente (2 Co. 12:20).
Es un deseo o pretensión de superioridad sobre los demás, junto con rechazo de sometimiento a Dios autosuficiencia y auto exaltación. La altivez se levanta contra el conocimiento de Dios (2 Co, 10:5).
El hombre que se considera superior a otro no acepta que puede aprender de un varón humilde y sencillo, porque tiene mayor conocimiento de sí mismo.
Considera tener él únicamente la verdad y nadie más, que nadie puede enseñarle, se enoja fácilmente, discute; ejemplo de esto son los fariseos, los cuales fueron reprendidos duramente por el Señor.

3. Los pensamientos
Son el conjunto de ideas propias de una persona. Estas ideas se han formado y se han practicado como reglas religiosas, morales, correctivas, etc. Como ejemplo podemos citar a los ancianos que se oponían a Jesús por estar sumergidos en las ideas tradicionales.
 Pedro no aceptaba a los gentiles y el Señor por medio de una visión botó los pensamientos de este varón. Los pensamientos deben ser llevados cautivos en obediencia a Cristo.

«Charles R. Swindoll ilustra cómo el pensamiento se opone a la revelación, así: Cuando el consejo de Dios nos anima a ser generosos a entregar en vez de guardar, podemos pensar en una media docena de razones por las cuales eso no funcionaría».


Amilcar E. Morales Rustrian
II Promoción de Ministros en Ciencias Cristianas y Teología
Centro de Estudios Bíblicos Elim –CEBE-

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